Emisora en zona de guerra

[vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=”Previo a publicación de un nuevo informe sobre las amenazas a los medios de comunicación en el país, Rhodri Davies habla con los sirios que crearon su propia emisora de radio”][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]

Varios locutores de la emisora SouriaLi, reunidos con invitados en Amán (Jordania)

Varios locutores de la emisora SouriaLi, reunidos con invitados en Amán (Jordania), SouriLa

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«Compramos unos trapos muy gruesos para fabricar una especie de insonorización; así nuestras voces no se oirían desde fuera y el sonido de las bombas no entraría al apartamento», cuenta el periodista Dima Kalayi, describiendo cómo un grupo de personas unió sus fuerzas en un piso diminuto y comenzó a realizar programas para una emisora independiente siria. El piso de Damasco fue el primer lugar en el que pudieron reunir a gran parte del equipo de la nueva emisora.

«Queríamos que SouriaLi fuera un ejemplo de cómo nos gustaría que [fuera] Siria en el futuro», dice Caroline Ayub, una de los cuatro cofundadores de la emisora, que ayudó a montarlo todo desde el exilio. Ayub explica que querían mostrar la identidad diversa de Siria, al mismo tiempo que recordaban también la cultura que todos tienen en común. Por otro lado, les daba la sensación de que se recurría demasiado a los medios internacionales para informarse sobre su propio país.

«Para nosotros, el objetivo principal de la revolución era expresar la propia voz e identidad. Y para ello es esencial hacer que esa voz continúe», añade Ayub, que huyó a Marsella tras haber estado presa durante un mes en 2012 por distribuir huevos de Pascua con citas sacadas de la Biblia, junto a otras del Corán (las autoridades la acusaron de terrorismo).

SouriaLi, que puede traducirse como «Siria es mía», transmite las 24 horas y cuenta con podcasts, contenido visual y una app. Sin embargo, no compite contra los programas de noticias duras a tiempo real. La intención de la emisora es reflejar los problemas que sufre el país por medio de debates y tertulias —interactuando en vivo con el público por WhatsApp y Skype regularmente—, así como radionovelas y cuentacuentos.

Lo suyo es verdadera vocación. El informe del Comité para la Protección de los Periodistas, cuya publicación está prevista para noviembre, hará mención a la creciente gravedad de la situación de los periodistas sirios y espera que el país pase de estar en tercer lugar a ser la segunda nación más peligrosa en su índice global.

SouriaLi se vale de periodistas para recabar información, que luego contrasta con otras fuentes. Al contar con miembros provenientes de una amplia área geográfica dentro del país —aunque la mayoría viven ahora en el exilio—, su red de contactos en Siria es “extensa”, según Iyad Kalas, otro cofundador y director de programación. Explica que siempre examinan la procedencia de las fuentes y el modo en el que se ha obtenido la información para poder establecer su nivel de credibilidad.

Su serie semanal titulada Yadayel (“Trenzas”) cuenta historias de mujeres, como el trato que reciben en puestos de control, la experiencia de vivir en Raqa bajo el control del EI o cómo es trabajar en un hospital.

«Es muy importante para nosotras, porque así estás dándoles voz [a] las mujeres. La mayoría de estas mujeres provienen de una sociedad muy oprimida y conservadora», explica Ayub.

Llegó a haber 11 personas de la emisora en Siria, más las que trabajaban desde fuera. Hoy, sin embargo, solo queda un miembro del equipo en el país: muchos de ellos acabaron en la cárcel antes de marcharse de Siria, algunos por oponerse al gobierno y otros por enviar ayuda. La mayoría de los que no fueron arrestados, como Kalayi, que vive en Berlín desde 2013, abandonaron el país. Ayub describe SouriaLi como «un medio exiliado porque, por el momento, estamos en el exilio».

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El equipo ahora suma 27 miembros, voluntarios incluidos, que trabajan desde 14 países distintos de Oriente Medio, Europa y Norteamérica.

La labor de reafirmar la diversidad de Siria supone facilitar el acceso a las ondas a todas las voces del grupo, ya sean kurdas, suníes, chiíes, alauíes, armenias, cristianas o de otro tipo. Kalayi produjo una serie titulada Fatush, en la que tomaba recetas típicas de las diferentes regiones y grupos de Siria y hablaba sobre identidad étnica y problemas a menudo ignorados, mano a mano con la gastronomía.

SouriaLi trata de incluir una variedad de perspectivas, aunque las figuras prorrégimen raras veces aceptan la invitación. Pese a todo, la emisora ofrece la oportunidad de expresarse a todos los puntos de vista. «Creemos firmemente que los medios de comunicación, como una emisora de radio, una plataforma, deberían ser para todos los sirios», afirma Ayub.

Sus emisiones atraen a un público numeroso: tienen más de 450.000 seguidores en Facebook. La emisora solía emitir en FM en 12 zonas de Siria, en las que compañeros locales se encargaban de la transmisión. Sin embargo, el régimen de Assad siempre prohibía la emisión en las regiones que caían bajo su dominio, y diferentes grupos de combate de la oposición, como Yabhat al Nusra (entonces vinculado con Al Qaeda, hoy rebautizado como Yabhat Fateh al Sham), han tratado de controlar el contenido de SouriaLi. Exigían, por ejemplo, que dejasen de emitir ciertos programas y música, como el contenido kurdo, o los obligaban a emitir el Corán. La emisora también recibió amenazas del Estado Islámico.

SouriaLi se negó a recibir órdenes del gobierno o de sus oponentes, y puso fin a su transmisión en FM a mediados de 2016. «Así que decidimos dejarlo», relata Ayub. «Dijimos: “Siria ya no es [solo] Siria de la frontera adentro. Siria es todos los sirios de cualquier lugar.” Tenemos millones de sirios fuera, en Europa. Todos necesitan la esperanza, la información que estamos emitiendo, así que recalibramos nuestro centro atención».

La emisora de radio pasó a ser solo en línea. Su página web está disponible para la población siria, tanto en los lugares donde no hay censura como a través de VPN. También hay una versión pensada para evitar la censura que solo incluye la emisión de radio en directo.

Kalas, que abandonó Siria por Francia en 2012, cuenta que ahora la emisora podría pasar a estar solo en internet, pues «Siria es un país virtual» con oyentes repartidos por todos los puntos del globo. SouriaLi calcula que alrededor del 40% de su audiencia online está ubicada en Siria, otro 40% lo forma su diáspora y otro 18% son oyentes de habla árabe, principalmente de Irak y Egipto.

Mantener la moral alta es uno de los mayores retos a los que se enfrenta el equipo, según Kalas y Ayub. «Antes de 2011 no había realmente “medios” o “periodismo” en Siria», apunta Kalayi. Ahora, se siente optimista. «Tengo libertad para elegir los temas, cómo tratarlos, cómo presentarlos. Y esto es algo muy importante para mí como persona y como periodista». Y cuando las condiciones lo permitan, quiere volver a Siria y seguir haciendo eso mismo.

Ayub añade: «Yo creo que a un país [como] Siria le hacen falta miles y miles de proyectos de comunicación, muchas plataformas para que la gente se exprese, para debatir. Porque, sin debate, sin libertad de expresión, nunca existirá un país libre. Y esto, por supuesto, es aplicable a Siria también».

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Rhodri Davies es periodista independiente. Ha escrito reportajes desde Catar, Egipto, Irak y Yemen.

Este artículo fue publicado en la revista Index on Censorship en otoño de 2017.

Traducción de Arrate Hidalgo.

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With: Ismail Einashe, Peter Bazalgette, Wana Udobang[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”95458″ img_size=”medium” alignment=”center” onclick=”custom_link” link=”https://www.indexoncensorship.org/2017/12/what-price-protest/”][/vc_column][vc_column width=”1/3″ css=”.vc_custom_1481888488328{padding-bottom: 50px !important;}”][vc_custom_heading text=”Subscribe” font_container=”tag:p|font_size:24|text_align:left” link=”url:https%3A%2F%2Fwww.indexoncensorship.org%2Fsubscribe%2F|||”][vc_column_text]In print, online. In your mailbox, on your iPad.

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Entre la espada y la pared

[vc_row][vc_column][vc_custom_heading text=”Los periodistas mexicanos son objeto de amenazas por parte de un gobierno corrupto y cárteles violentos, y no siempre pueden confiar en sus compañeros de oficio. Duncan Tucker nos lo cuenta.”][vc_row_inner][vc_column_inner][vc_column_text]

Cientos de periodistas marchan en silencio en 2010 como protesta contra los secuestros, asesinatos y violencia ejercida contra los periodistas del país, John S. and James L. Knight/Flickr

Cientos de periodistas marchan en silencio en 2010 como protesta contra los secuestros, asesinatos y violencia ejercida contra los periodistas del país, John S. and James L. Knight/Flickr

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«Espero que el gobierno no se deje llevar por la tentación autoritaria de bloquear el acceso a internet y arrestar a activistas», contaba el bloguero y activista mexicano Alberto Escorcia a la revista de Index on Censorship.

Escorcia acababa de recibir una serie de amenazas por un artículo que había escrito sobre el reciente descontento social en el país. Al día siguiente, las amenazas se agravaron. Invadido por una sensación de ahogo y desprotección, comenzó a planear su huida del país.

Son muchas las personas preocupadas por el estado de la libertad de expresión en México. Una economía estancada, una moneda en caída libre, una sangrienta narcoguerra sin final a la vista, un presidente extremadamente impopular y la administración beligerante de Donald Trump recién instalada en EE.UU. al otro lado de la frontera están generado cada vez más presión a lo largo de 2017.

Una de las tensiones principales es el propio presidente de México. Los cuatro años que lleva Enrique Peña Nieto en el cargo han traído un parco crecimiento económico. También se está dando un resurgir de la violencia y de los escándalos por corrupción. En enero de este año, el índice de popularidad del presidente se desplomó al 12%.

Para más inri, los periodistas que han intentado informar sobre el presidente y sus políticas han sufrido duras represalias. Por ejemplo, 2017 comenzó con agitadas protestas en respuesta al anuncio de Peña Nieto de que habría un incremento del 20% en los precios de la gasolina. Días de manifestaciones, barricadas, saqueos y enfrentamientos con la policía dejaron al menos seis muertos y más de 1.500 arrestos. El Comité para la Protección de los Periodistas ha informado que los agentes de policía golpearon, amenazaron o detuvieron temporalmente a un mínimo de 19 reporteros que cubrían la agitación en los estados norteños de Coahuila y Baja California.

No solo se han silenciado noticias; también las han inventado. La histeria colectiva anegó la Ciudad de México a consecuencia de las legiones enteras de bots de Twitter que comenzaron a incitar a la violencia y a difundir información falsa sobre saqueos, cosa que provocó el cierre temporal de unos 20.000 comercios.

«Nunca he visto la ciudad de esa manera», confesó Escorcia por teléfono desde su casa en la capital. «Hay más policía de lo normal. Hay helicópteros volando sobre nosotros a todas horas y se escuchan sirenas constantemente. Aunque no ha habido saqueos en esta zona de la ciudad, la gente piensa que está sucediendo por todas partes».

Escorcia, que lleva siete años investigando el uso de bots en México, cree que las cuentas falsas de Twitter se utilizaron para sembrar el miedo y desacreditar y distraer la atención de las protestas legítimas contra la subida de la gasolina y la corrupción del gobierno. Dijo que había identificado al menos 485 cuentas que constantemente incitaban a la gente a «saquear Walmart».

«Lo primero que hacen es llamar a la gente a saquear tiendas, luego exigen que los saqueadores sean castigados y llaman a que se eche mano del ejército», explicó Escorcia. «Es un tema muy delicado, porque podría llevar a llamamientos a favor de la censura en internet o a arrestar activistas», añadió, apuntando que la actual administración ya ha pasado por un intento fallido de establecer legislación que bloquee el acceso a internet durante «acontecimientos críticos para la seguridad pública o nacional».

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Días después de que el hashtag de «saquear Walmart» se hiciera viral, Benito Rodríguez, un hacker radicado en España, contó al periódico mexicano El Financiero que le habían pagado para convertirlo en trending topic. Rodríguez explicó que a veces trabaja para el gobierno mexicano y admitió que «tal vez» fuera un partido político el que le dio dinero para incitar al saqueo.

La administración de Peña Nieto lleva mucho tiempo bajo sospecha de utilizar bots con objetivos políticos. En una entrevista con Bloomberg el año pasado, el hacker colombiano Andrés Sepúlveda afirmaba que, desde 2005, lo habían contratado para influir en el resultado de nueve elecciones presidenciales de Latinoamérica. Entre ellas, las elecciones mexicanas de 2012, en las que asegura que el equipo de Peña Nieto le pagó para hackear las comunicaciones de sus dos rivales principales y liderar un ejército de 30.000 bots para manipular los trending topics de Twitter y atacar a los otros aspirantes. La oficina del presidente publicó un comunicado en el que negaba toda relación con Sepúlveda.

Los periodistas de México sufren también la amenaza de la violencia de los cárteles. Mientras investigaba Narcoperiodismo, su último libro, Javier Valdez —fundador del periódico Ríodoce— se dio cuenta de lo habitual que es hoy día que en las ruedas de prensa de los periódicos locales haya infiltrados chivatos y espías de los cárteles. «El periodismo serio y ético es muy importante en tiempos conflictivos, pero desgraciadamente hay periodistas trabajando con los narcos», relató a Index. «Esto ha complicado mucho nuestra labor. Ahora tenemos que protegernos de los policías, de los narcos y hasta de otros reporteros».

Valdez conoce demasiado bien los peligros de incordiar al poder. Ríodoce tiene su sede en Sinaloa, un estado en una situación sofocante cuya economía gravita alrededor del narcotráfico. «En 2009 alguien arrojó una granada contra la oficina de Ríodoce, pero solo ocasionó daños materiales», explicó. «He recibido llamadas telefónicas en las que me ordenaban que dejase de investigar ciertos asesinatos o jefes narcos. He tenido que suprimir información importante porque podrían matar a mi familia si la mencionaba. Algunas de mis fuentes han sido asesinadas o están desaparecidas… Al gobierno le da absolutamente igual. No hace nada por protegernos. Se han dado, y se dan, muchos casos».

Pese a los problemas comunes a los que se enfrentan, Valdez lamenta que haya poco sentido de la solidaridad entre los periodistas mexicanos, así como escaso apoyo de la sociedad en general. Además, ahora que México se pone en marcha de cara a las elecciones presidenciales del año que viene y continúa peleándose con sus problemas económicos, teme que la presión sobre los periodistas no haga más que intensificarse, cosa que acarreará graves consecuencias al país.

«Los riesgos para la sociedad y la democracia son extremadamente graves. El periodismo puede impactar enormemente en la democracia y en la conciencia social, pero cuando trabajamos bajo tantas amenazas, nuestro trabajo nunca es tan completo como debería», advirtió Valdez.

Si no se da un cambio drástico, México y sus periodistas se enfrentan a un futuro aún más sombrío, añadió: «No veo una sociedad que se plante junto a sus periodistas y los proteja. En Ríodoce no tenemos ningún tipo de ayuda por parte de empresarios para financiar proyectos. Si terminásemos en bancarrota y tuviésemos que cerrar, nadie haría nada [por ayudar]. No tenemos aliados. Necesitamos más publicidad, suscripciones y apoyo moral, pero estamos solos. No sobreviviremos mucho más tiempo en estas circunstancias».

Escorcia, que se enfrenta a una situación igualmente difícil, comparte su sentido de la urgencia. Sin embargo, se mantiene desafiante, como en el tuit que publicó tras las últimas amenazas que recibió: «Este es nuestro país, nuestro hogar, nuestro futuro, y solo construyendo redes podemos salvarlo. Diciendo la verdad, uniendo a la gente, creando nuevos medios de comunicación, apoyando a los que ya existen, haciendo público lo que quieren censurar. Así es como realmente podemos ayudar».

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Escucha la entrevista a Duncan Tucker en el podcast de Index on Censorship en Soundcloud, soundcloud.com/indexmagazine

Duncan Tucker es un periodista freelance que vive y trabaja en Guadalajara, México.

Este artículo fue publicado en la revista de Index on Censorship en primavera de 2017.

 Traducción de Arrate Hidalgo.

[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row content_placement=”top”][vc_column width=”1/3″][vc_custom_heading text=”The big squeeze” font_container=”tag:p|font_size:24|text_align:left” link=”url:https%3A%2F%2Fwww.indexoncensorship.org%2F2017%2F12%2Fwhat-price-protest%2F|||”][vc_column_text]The spring 2017 issue of Index on Censorship magazine looks at multi-directional squeezes on freedom of speech around the world.

Also in the issue: newly translated fiction from Karim Miské, columns from Spitting Image creator Roger Law and former UK attorney general Dominic Grieve, and a special focus on Poland.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”88803″ img_size=”medium” alignment=”center” onclick=”custom_link” link=”https://www.indexoncensorship.org/2017/12/what-price-protest/”][/vc_column][vc_column width=”1/3″ css=”.vc_custom_1481888488328{padding-bottom: 50px !important;}”][vc_custom_heading text=”Subscribe” font_container=”tag:p|font_size:24|text_align:left” link=”url:https%3A%2F%2Fwww.indexoncensorship.org%2Fsubscribe%2F|||”][vc_column_text]In print, online. In your mailbox, on your iPad.

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#FreeToAir: Index’s autumn magazine launch hails the rebirth of radio

[vc_row][vc_column][vc_column_text][/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Despite predictions of its death, the retro medium of radio is back. From community-based stations like London’s RTS Radio, which encourages voices not heard on mainstream stations, to the renaissance of the podcast, on-the-air and online streaming options are experiencing a surge in popularity.

Hosted by Index on Censorship magazine editor Rachael Jolley, the panel exploring radio’s present and future included Jamie Angus, deputy director of the BBC World Service Group, broadcaster and DJ Tabitha Thorlu-Bangura from NTS Live, and broadcaster and writer Mark Frary, who also ran a short DIY podcasting workshop before the discussion.

The discussion from our panellists was wide-ranging – from the challenges of reporting in war zones to emerging DJ’s creating new sounds from their bedrooms, from terror organisations using radio as propaganda to young people rejecting social media for podcasts.

The event, which was aired by Resonance FM, was held to launch the autumn 2017 magazine with its special report Free to Air: Why the Rebirth of Radio is Delivering More News at the iconic Tea Building in Shoreditch, home to digital product studio Ustwo. Drinks were provided by Flying Dog Brewery, our freedom of expression chums and sponsors.

Special thanks to SAGE Publishing, Index on Censorship magazine’s publisher and sponsor.

[/vc_column_text][vc_column_text][/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_media_grid grid_id=”vc_gid:1508172105138-9c5eed94-7529-8″ include=”96011,96010,96012,95983,95986,95987,95989,95992,95993,95995,95996,95998,96001″][/vc_column][/vc_row]

Free to air: Radio reborn

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Free to air is the autumn 2017 edition of Index on Censorship magazine

Free to air is the autumn 2017 edition of Index on Censorship magazine

Join Index on Censorship magazine for the launch of the autumn 2017 celebrating all things radio.

In conjunction with our friends at Resonance FM, Index will be broadcasting all evening on Tuesday 10 October, as we discuss the rebirth of radio and why it is so important to freedom of expression.

Special guests include Jamie Angus, deputy director of the BBC World Service Group, broadcaster and DJ Tabitha Thorlu-Bangura from NTS Live, broadcaster and sound artist Fari Bradley from Resonance FM and writer and broadcaster Mark Frary, who will also be running a short DIY podcasting workshop before the panel discussion.

We’re launching the magazine with its special report Free to Air: Why the Rebirth of Radio is Delivering More News at the iconic Tea Building in Shoreditch, home to digital product studio ustwo, our venue partners for the launch. Features in the latest magazine include a 98-year-old granny making grassroots radio in the USA, radio journalists in Somalia who brave danger to do their jobs and the Spanish comedians who make a television show about a radio station.

There will be drinks from Flying Dog Brewery, our freedom of expression chums and sponsors and we’ll be closing the evening with a DJ set from Resonance FM’s very own Nana Nicol.

6:00 – 6:30 DIY podcasting workshop, register for your free space via [email protected]
6:30 – 7:15 drinks
7:15 – 8:30 Panel discussion
8:30 – 9:00 DJ set from Nana Nicol

Many thanks to:[/vc_column_text][vc_row_inner][vc_column_inner width=”1/3″][vc_single_image image=”95760″ img_size=”full” onclick=”custom_link” link=”https://resonancefm.com/”][/vc_column_inner][vc_column_inner width=”1/3″][vc_single_image image=”80918″ img_size=”full” onclick=”custom_link” link=”https://uk.sagepub.com/”][/vc_column_inner][vc_column_inner width=”1/3″][vc_single_image image=”95897″ img_size=”full” onclick=”custom_link” link=”https://ustwo.com/”][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]

When: Tuesday 10 October 18:30 to 21:00
Where: ustwo London, 62 Shoreditch High Street, London E1 6JJ
Tickets: Free. Registration required via Eventbrite

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